El portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Agrupación Socialista Gomera (ASG), Jesús Ramos, ha mostrado su respaldo a las medidas implementadas por la Consejería de Turismo y Empleo del Gobierno de Canarias con el fin de garantizar la convivencia armónica entre turistas y residente en las islas.
En este sentido, defendió la regulación del alquiler vacacional, para limitar la conversión de viviendas residenciales en alojamientos turísticos y proteger así el acceso a la vivienda para los residentes; el fomento del turismo responsable, con el diseño de campañas educativas que fomenten prácticas sostenibles y respetuosas con el entorno y la cultura local; la promoción de políticas que diversifiquen la oferta turística, potenciando el turismo rural, cultural y deportivo, y la protección del medio ambiente, priorizando la inversión en infraestructuras sostenibles.
Según expuso este miércoles en el Parlamento, con motivo de la comparecencia de la titular de este departamento, Jéssica de León, en la comisión de Turismo y Empleo, “el aumento del malestar social y la aparición de episodios de turismofobia en nuestro archipiélago pueden calificarse de marginales en comparación con otros lugares, pero no pueden ser ignorados, especialmente cuando se convierte en un síntoma del descontento con el modelo de turismo de masas que sostiene gran parte de nuestra economía”.
Citó un informe de la Fundación Canarina –colectivo cuya razón de ser es la defensa de la naturaleza y del territorio canario–, donde se refleja que “un 48% de los encuestados en las islas considera que el turismo impacta negativamente en su calidad de vida” y dijo que “estos datos revelan un sentir que debe ser atendido antes de que derive en tensiones sociales mayores”.
Apuntó que, “en 2024, se espera que las islas reciban cerca de 18 millones de turistas, con un gasto asociado de aproximadamente 22.000 millones de euros, lo que supone un notable incremento, que, siendo beneficioso para la economía, también suscita preocupación, en una parte de la población, por su efecto en la sostenibilidad y el bienestar de la población local”.
Afirmó que “la convivencia entre residentes y turistas no es solo un asunto de percepción, sino de gestión de recursos y planificación”, aspectos en los que incidió durante su intervención, “pues la presión que ejerce el turismo sobre infraestructuras y servicios públicos es notable” y debe estar prevista.
A su juicio, “sería interesante avanzar en un plan estratégico que fomente un modelo turístico más sostenible, capaz de diversificar la economía y reducir la dependencia del turismo de masas”.