En 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidad declaró el 6 de febrero como Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, con el objetivo de acabar con ella por completo en 2030, y desde la Asociación de Mujeres Gara nos unimos a esta causa.
Actualmente, la mutilación genital femenina sigue practicándose, siendo una de las violaciones de derechos humanos más extendidas y silenciadas del mundo. De hecho, en España, esta práctica se considera una forma de violencia de género, y está tipificada en el Código Penal. Pero su erradicación sigue siendo un gran desafío por la persistencia de ciertos factores socioculturales enraizados en las familias o comunidades, y la falta de concienciación.
Concretamente en Canarias, debido a los flujos migratorios, hay mujeres y niñas en riesgo. Desde la Asociación de Mujeres Gara, nos preocupa el repunte de 72 casos detectados en el último año en nuestras islas. Y en este sentido nos sumamos a la reivindicación que hace “Médicos del Mundo”, con respecto a la incorporación de la figura de la mediadora intercultural en el Sistema Nacional de Salud de España, para así garantizar una atención accesible e inclusiva a las supervivientes, de manera que se forme a profesionales para dar apoyo y evitar a toda costa que esto siga ocurriendo.
Se identifican dos perfiles en España. Por un lado las mujeres que llegan ya mutiladas y por otro aquellas menores a las que todavía no se les ha realizado esta práctica, pero que corren el riesgo de sufrirla cuando sus familias las lleven de viaje a sus países de origen. En este último caso, la cifra asciende hasta 900 niñas menores de 14 años en Canarias. De ahí que el propio Servicio Canario de Salud haya desarrollado un protocolo que obliga a todos los padres y madres o tutores a firmar un documento en el que se comprometen a que la menor se sufra esta práctica.
Las consecuencias para las niñas y mujeres a las que se agrede de esta manera, son graves y múltiples. Desde el riesgo de muerte por hemorragia, hasta complicaciones en futuros partos, pasando por infecciones, secuelas psicológicas o problemas para mantener relaciones sexuales.
Desde la Asociación de Mujeres Gara se condena la mutilación genital femenina, así como la desigualdad de género en la que se basa, pues las razones que sustentan la práctica tienen que ver con el control de la sexualidad de las mujeres, pero la cultura patriarcal no debe estar por encima de los derechos humanos.