Entre el no demasiado variado abanico de historias del cómic actual especialmente centrado en superhéroes, cuestiones sociales, históricas o autobiográficas, el madrileño Iván Pineros, IvArt, ha elegido para su primera obra, Cuida de Ángela, esta última. Y es que el trabajo que se encuentra en estos días promocionando a todo tren, se centra en la historia de su abuela que sufrió alzheimer, por lo que no resulta extraño que la obra despierte reacciones y cause impacto emocional. Él, sin embargo, considera positivo golpear a los lectores, aunque sea con este tipo de sentimientos no demasiado agradables. El joven autor, de apenas treinta años, explica con sus propias palabras lo que está ocurriendo en unos días de promoción que como suele ocurrir están resultando de vértigo.
-Pues en realidad ésta es mi primera obra, así que estoy muy emocionado por ver cómo la recibe el público. También es cierto que llevo tiempo trabajando para editoriales, he hecho varias portadas y también ilustrado noticias, pero es la primera vez que realmente puedo decir que hago algo que sea realmente mío.
-La obra aborda la enfermedad del alzheimer, una historia que te toca muy de cerca.
-Sí, la novela que he publicado, Cuida de Ángela, aborda la enfermedad del alzheimer y lo hago desde un punto de vista muy personal porque es la historia de mi abuela. La parte fundamental está basada en la realidad, en cómo vivimos todo aquel proceso, contado de manera que el lector pueda sentir un poco como es el día a día de una persona que lo padece y de los que están alrededor.
Hablo sobre la historia, mis abuelos que se conocieron cuando eran niños pequeños, y pasaron toda su vida juntos pero lo que me marcó realmente fue ver cómo mi abuela ni siquiera asistió al funeral de mi abuelo, porque en aquel entonces ella ya no le recordaba. Me impactó mucho ver cómo el alzheimer puede hacer que olvides a alguien que ha estado contigo desde que eras una niña pequeña, que ha sido el amor de tu vida y te ha acompañado en cada paso de tu camino. Me pareció muy injusto y necesitaba soltarlo de alguna manera.
-Dentro de las corrientes que hay ahora mismo en el mundo del cómic, como son los relatos de superhéroes, conciencia social, histórica o biográfica, está claro que te interesa esta última.
-Debo decir que en realidad soy más lector de libros y novelas que de cómic. En las novelas gráficas lo que más busco es la parte estética y luego la historia es un poco secundaria. Me interesa cualquier asunto, me da igual que sea de amor, de guerra, totalmente costumbrista o una distopía extrema, siempre y cuando la ilustración que lo acompaña me llame la atención.
Creo que en el cómic y la novela gráfica gran parte del lenguaje que se utiliza es el visual y por ello busco que me cuenten la historia de una manera diferente y cuidada. Intento que se note el cariño que he puesto en la parte dibujada, que tiene una intención y que hace aportaciones al relato, que no es un simple complemento o un medio para contarla.
-¿Hasta ahora cómo está siendo la reacción de la gente que lee tu primer trabajo?
-Sinceramente está siendo fantástica. Por lo que veo estoy haciendo que todo el mundo acabe llorando, lo que me alegra bastante aunque sé que puede sonar un poco cruel por mi parte. Pero hacer que la gente lo esté pasando mal al leer una historia mía es la prueba de que algo he hecho bien a la hora de transmitir lo que tenía dentro.
Debo confesar que soy una persona a la que le cuesta muchísimo emocionarse, no soy de los que lloran con películas e incluso en mi vida personal. Algo muy grave tiene que pasar para que yo llegue al llanto, entonces me resulta muy curioso ver como una creación mía está generando esa reacción en la gente. Mi móvil se está llenando de desconocidos llorando, lo cual me hace bastante gracia, aunque también parezca cruel decirlo de esta manera.
-No parece que sea muy tentador leer entonces este trabajo si según lo dices lo vas a pasar tan mal.
-No quiero asustar. Si alguien está pensando en leerlo aclaro que es una historia que toca una cuestión muy sensible, pero no es una novela seria. La enfermedad y lo que ocurre alrededor de quien la padece está tratado de forma amigable, con humor y con lo que yo considero que es un final que te da un abracito al corazón. Aunque claro, no se puede obviar que el asunto central no es alegre y a mucha gente le llega más profundo por sus vivencias personales. Pero que nadie se preocupe, no es una historia con la intención de dejar al lector destruido, es simplemente un relato de la vida real, y ya sabemos que la vida no es un camino de rosas, pero también que de todo se puede sacar una sonrisa.
-¿Cómo ves el panorama actual del cómic para la gente de tu generación?
-Pues no lo tengo muy claro. Por un lado, veo que tenemos muchísimas oportunidades para contar nuestras historias y llegar a la gente. Ya no es como antiguamente que debías ir puerta por puerta con tu portfolio y tus ideas intentando que alguien se interesara por tu proyecto y quisiera sacarlo adelante. Ahora tenemos las redes, que es un escaparate increíble pero al mismo tiempo también hace que haya muchísima competencia, ya no por quién lo haga mejor o quién valga más, si no simplemente porque no hay hueco para todos y tenemos que luchar constantemente. Además, ahí está también todo lo que se refiere a la Inteligencia Artificial (IA).
-Ya que sacas el tema, ¿qué piensas de ese fenómeno que tanto preocupa a los creadores? ¿Qué opinión tienes sobre su aplicación al cómic y a la ilustración?
-Es un asunto bastante espinoso y sobre el cual aun estoy formándome una opinión, principalmente porque es algo que no para de evolucionar y cambiar, a una enorme velocidad. Obviamente estoy cabreado, siempre pensé que la IA iba a tener como fin librarnos de las tareas más tediosas y mecánicas. Pero en ningún escenario me imaginé que lo primero que iba a hacer era intentar reemplazar el arte, que es una de las cosas que nos hace humanos y que más deberíamos proteger.
Al final, el arte es nuestra forma de expresarnos, de imaginar, de crear, de contar historias, entonces no entiendo muy bien cuál es el interés en que eso lo haga una máquina que se mueve por un montón de numeritos, además robando el trabajo de muchos artistas en ese proceso. Entiendo la importancia de la IA y que sea algo con lo que vamos a tener que convivir, simplemente creo que se está poniendo el foco dónde no es. Pienso que es una herramienta que debería hacernos la vida más fácil, librarnos de las tareas tediosas y de ese modo dejarnos a todos con más tiempo libre para disfrutar y crear, pero resulta que está siendo todo lo contrario, que nos ha quitado la oportunidad de crear. Realmente no lo entiendo.
-De todas las corrientes artísticas, tendencias y autores ¿Cuáles te han influenciado más o te interesan especialmente?
-Desde que soy pequeño me ha influenciado mucho el movimiento artístico del Art Nouveau, y diría que también bastante el Art Déco. Siempre he usado mucho la parte orínica y vaporosa del Nouveau, en la que todo parece que es etéreo y está flotando, como si fueran instantes congelados. Y para romper con esas ondas y vaporosidad, me gusta mucho contrastarlo con líneas totalmente rectas que corten de alguna manera ese dinamismo, tomando como referencia lo arquitectónico y regio de Art Déco. También, a la hora de abordar la anatomía, normalmente para mis obras tengo mucha influencia del ilustrador Egon Schielle, me encanta como trata el cuerpo, especialmente como lo deforma y estiliza.
-¿Sueles participar en los salones del cómic? ¿Te interesan?
-Sí, de hecho llevo ya más de cinco años asistiendo a salones de manga y anime por toda España. Es algo en lo que entré un poco por accidente, por curiosidad, y ha acabado convirtiéndose en mi trabajo. Debo decir que es un mundo muy cansado y muy sacrificado, porque implica estar viajando constantemente, hacer inversiones enormes de dinero y trabajar muchísimas horas seguidas. Pero dentro del mundo del arte y la ilustración hay que buscarse la vida como se pueda, y las ferias son una muy buena opción.