Dar un paso más. Es lo que le pedimos al Gobierno central para lograr que las entidades locales puedan disponer de sus ahorros. Esta semana escuchábamos a la ministra Montero anunciar que su equipo se encuentra inmerso en un nuevo decreto que suspenderá la regla de gasto de 2020 para que las entidades locales puedan utilizar el superávit de 2018 y 2019.
Una medida que esperábamos como el agua que necesitan nuestros campos y embalses pero que, a todas luces, se queda a un paso de lo que tanto alcaldes como presidentes de cabildos y diputaciones llevamos reclamando de forma unánime desde hace tiempo, que es poder utilizar los remanentes. Ello supondría un alivio para la sequía que también se ha instalado en las arcas locales, ya que podríamos disponer de unos 28.000 millones de euros adicionales. Una cantidad nada desdeñable y del todo necesaria para hacer frente a la merma de la recaudación fiscal y a la situación de crisis que afecta a todo el país, y en especial a Canarias, que soporta las mayores tasas de paro y pobreza severa.
En estos tiempos de crisis e incertidumbre miramos más que nunca al cielo en busca de algún atisbo de lluvia que traiga algo de vida a nuestros cultivos, pero si hablamos de pedir al Estado que compense esta merma de los recursos públicos, no podemos esperar a que el cielo nos lo conceda. Por eso, es nuestra labor incidir en estas demandas que son del todo justas para los canarios y canarias, que precisan, más que nunca, contar con los ayuntamientos y cabildos, que son la primera puerta a la que tocan los ciudadanos.
Este nuevo decreto que el Gobierno prevé aprobar en los próximos días es una excelente oportunidad para volver al diálogo con las fuerzas políticas y las entidades locales, recogiendo la realidad de cada una de ellas y conociendo que estos ahorros son la tabla de salvación de centenares de municipios españoles que necesitan de su uso para afrontar la merma de ingresos y ser capaces de evitar la caída en la inversión, especialmente, en la vinculada con los servicios públicos esenciales.
A nadie se le escapa que es también momento de iniciar con sosiego y responsabilidad las negociaciones que nos lleven a un nuevo sistema de financiación para las comunidades autónomas. Nuestras islas necesitan de la actualización de este mecanismo y de la aprobación de unos nuevos Presupuestos Generales del Estado para afrontar los condicionantes actuales, en donde la merma de la recaudación, la caída del turismo y el incremento del desempleo nos colocan ante un panorama que apela a un diálogo entre todas las administraciones.
Los próximos meses serán duros debido a la incertidumbre en la evolución de la pandemia, pero tengo la esperanza de que los esfuerzos que se están haciendo en diferentes ámbitos, entre ellos, el turístico, nos den buenos resultados con el establecimiento de corredores seguros y otras iniciativas que se reflejen en la llegada de turistas durante la temporada de invierno.
Sabemos que las cosas no serán iguales que antes de la llegada del coronavirus. Sin embargo, tengo la plena certeza de que con la constancia y el esfuerzo colectivo podremos hacer frente a los baches que encontramos en este largo camino.