Los hoteles de Canarias que siguen abiertos en este inicio de 2021, tras los cierres a los que ha llevado la falta de clientes a finales de 2020, operan con un 20 por ciento de sus camas y la patronal de Las Palmas prevé que la reactivación del sector llegue en el segundo semestre del año.
Así lo ha estimado, en declaraciones a Efe, el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la provincia de Las Palmas (FEHT), José María Mañaricúa, al esbozar una radiografía de la situación que afecta a sus asociados en una coyuntura de cierre de mercados europeos vitales para Canarias por el embate de la covid-19 y de recrudecimiento de restricciones en el archipiélago por la tercera ola de la pandemia.
Con unas ocupaciones de un 10 por ciento de las escasas camas que comercializan este mes de enero, los hoteles de la provincia de Las Palmas, que vuelven a afrontar casi un cero turístico como el que les afectó en el segundo trimestre de 2020, mantienen a prácticamente todos sus trabajadores en ERTE, una situación que estiman que se prolongue hasta junio.
Dado este «bajísimo» nivel de actividad, Mañaricúa reclama que se deje de cobrar a las grandes y medianas empresas del sector impuestos como el IBI o el IAE, además de la tasa de basura, unas obligaciones que pueden suponer para una empresa de esta entidad 250.000 euros anuales, lo que hace «peligrar» la continuidad de muchas de ellas.
Esta es la «ayuda directa» que pide la FEHT para sus grandes asociados, una vez que el Gobierno canario se ha comprometido a contribuir con las pymes del sector para tratar de paliar el impacto que esta crisis sanitaria está causando en las empresas más modestas.
Con esta perspectiva afronta la patronal hostelera de Las Palmas un primer semestre de año de sequía turística, cuya situación espera que pueda comenzar a revertirse a partir de junio, cuando las vacunaciones se hayan extendido en los países del entorno europeo.
Un panorama similar afecta a las empresas representadas por la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel) que permanecen abiertas en esta coyuntura de pandemia, y que operan con entre el 20 y el 30 por ciento de sus plazas disponibles.
Sólo en Tenerife han cerrado 34 establecimientos desde septiembre de 2020, de los que 25 lo han hecho entre el pasado mes de diciembre y el presente mes de enero, cuando se han registrado 20 de esos cierres.
La patronal hostelera de la provincia de Santa Cruz de Tenerife recuerda que unos 49.000 de los 70.000 trabajadores del sector en Canarias están afectados por un ERTE, una cifra que puede crecer en las próximas semanas porque empiezan a cerrar nuevos establecimientos ante la falta de clientes.
La cadena canaria Lopesan mantiene abiertos solo tres de los 13 hoteles que posee en Canarias, todos en Gran Canaria: el Baobab, el Villa del Conde y el Kumala Serenoa.
Pese a las malas previsiones existentes para los próximos meses, que sus responsables evalúan a diario, Lopesan no prevé cerrar ninguno de estos tres alojamientos, según han indicado a Efe fuentes de la compañía, que, no obstante, consideran «insostenibles» las ocupaciones de entre el 15 y el 20 por ciento que registran las camas que comercializa en esta coyuntura de crisis sanitaria.
Por ello, la cadena canaria prevé enfocarse en el cliente local, al que dirigirá desde la próxima semana importantes campañas promocionales de cara al mes de febrero, con precios «casi fuera de mercado», para «que nadie se quede» sin poder disfrutar de unos días de descanso en sus hoteles, entornos que han demostrado ser muy seguros frente a la covid-19, recalcan.
Las restricciones a la movilidad y la situación epidemiológica que sufren los mercados emisores tradicionales de Canarias, como son Reino Unido y Alemania, también ha obligado a la cadena RIU a cerrar hoteles en las islas a la espera de que la situación permita retomar la actividad más adelante.
Fuentes de la entidad han explicado a Efe que la demanda se había comportado de forma positiva en las primeras semanas del invierno, lo que animó a RIU a abrir más hoteles para poder rescatar al máximo de trabajadores del ERTE y recuperar la actividad todo lo posible.
Sin embargo, la caída de las ocupaciones de las últimas semanas ha hecho «insostenible» mantener los 11 de los 17 hoteles que seguían abiertos, por lo que ha cerrado tres en Gran Canaria y uno en Tenerife, dejando siete operativos: Riu Palace Oasis y Riu Gran Canaria, en Gran Canaria; Riu Palace Tenerife y Riu Buenavista, en Tenerife; Riu Palace Tres Islas y Riu Palace Jandía, en Fuerteventura, y Riu Paraíso Lanzarote, en Lanzarote.
La ocupación en enero de los hoteles de RIU en Canarias es de un 25 %, pero para febrero bajará, aunque no se sabrá cuánto hasta el último momento porque hay muchas reservas de última hora por la incertidumbre que generan las restricciones a los viajes.
Las nacionalidades que más viajan ahora mismo a Canarias son las de Europa del Este, siendo el más destacado Polonia, y también hay algún alemán o británico que viaja por libre.
Como dato curioso, desde RIU destacan que hay mucho cliente nacional que pasó la Navidad en las islas y que ha decidido quedarse una temporada.
Por su parte, el director general de Be Cordial Hotels & Resorts, Nicolás Villalobos, ha confirmado a Efe que los 15 establecimientos de esta cadena, todos ellos ubicados en Gran Canaria, están abiertos y operan con ocupaciones de entre el 10 y el 25 por ciento, que en este primer trimestre del año, tradicionalmente el mejor para el turismo en Canarias, deberían ser del 85 por ciento de las plazas.
Esta compañía tiene puestas sus esperanzas en las restricciones sociales impuestas para tratar de frenar la tercera ola de la pandemia y en la inmunidad de rebaño a la que se pretende llegar con las vacunaciones masivas que están en marcha en Europa, cuyo ritmo confía en que se acelere.
Mientras tanto, Be Cordial «aguantará el tirón» manteniendo abiertos sus 15 establecimientos y con la mayor parte de la plantilla sujeta a un ERTE, al tiempo que llama la atención sobre «lo inédito» que resulta que España no haya apostado, como sí han hecho otros países europeos como Alemania, por «preservar la estructura productiva» de su principal motor económico, el turismo, algo que Villalobos considera vital para evitar dramas sociales «el día después del fin de esta pandemia».
Según datos facilitados a Efe por la Consejería de Turismo del Gobierno canario, el pasado mes de noviembre, ya iniciada la temporada turística alta para esta región, 606 establecimientos alojativos (33,9 % del total), con 178.163 plazas disponibles, (el 42,6 %), operaban en las islas con una ocupación media del 24,2 %.