El Patronato del Parque Nacional de Garajonay ha aprobado, este viernes, el plan anual de actuaciones para este año, dirigido a la gestión de hábitats, lucha contra especies invasoras, así como la prevención de incendios. Estos ejes de trabajo están diseñados para reforzar la conservación y protección de este espacio natural, que alberga uno de los reductos de laurisilva en mejor estado del planeta.
Esta misma semana, el Parque Nacional cumplía 40 años desde su declaración, desde entonces se han establecido estrategias de conservación en las que se han implicado instituciones, empresas y los ciudadanos de la isla para lograr preservar el mayor tesoro natural que guarda La Gomera. En este sentido, el presidente del Patronato, Casimiro Curbelo, recordó que “el valor natural, paisajístico y cultural que tiene el Parque trasciende más allá de sus límites geográficos, puesto que la vida en la isla gira en torno a él, ya que parte de la economía que se genera tiene como epicentro a este espacio natural, que alberga más de 1.000 endemismos canarios, de los que 268 son exclusivos de La Gomera”.
Así, defendió el compromiso de las administraciones públicas con la consecución de los planes de actuación y conservación fijados y avalados por el Patronato, y que permiten avanzar en la lucha contra los riesgos a los que está expuesto el Parque Nacional. “Hemos sabido hacerlo hasta ahora, convivir respetando las singularidades de nuestro territorio y Garajonay es un buen ejemplo. Sin embargo, factores como el cambio climático son elementos de riesgo para áreas sensibles como ésta”, aseguró.
En el transcurso de la sesión, se ahondó en el establecimiento de medidas preventivas ante la llegada de la temporada de incendios, a partir de tratamientos de selvicultura. Así, se actuará en áreas de arbolado joven con estructuras poco desarrolladas y muy densas con presencia de brezos, en las que se ejecutarán operaciones de clareo y resalveo.
Otras de las líneas de trabajo está dirigida al control de especies exóticas invasoras como Tradescantia, Ageratina riparia, Crassula multicava, junto a pinos, eucaliptos y acacias, para lo que se desarrollarán acciones de arranque o corta. Esta eliminación, cuando se realice en áreas abiertas sin bosque, será complementada con la siembra de especies arbustivas propias de estos hábitats.
En cuanto a la restauración de áreas degradadas, se impulsan labores de desbroce para crear microambientes favorables al arraigo de las plantaciones en las cotas más elevadas del Parque Nacional, especialmente, en su vertiente sur, donde las condiciones climatológicas son más desfavorables. En esta línea, se intensifican las plantaciones para el enriquecimiento vegetal con especies de monteverde.
La planificación anual contempla la realización de experiencias de restauración de especies sin la presión de los herbívoros. De esta forma, se prevé la acotación de entornos para la protección de la presencia de ovejas, cabras y conejos. Estas medidas se desarrollarán en diferentes localizaciones como El Bailadero, La Meseta, Piedra Hincada, Contadero o Mocanillo.
Actuaciones de conservación
El Parque Nacional constituye la masa de bosque verde más extensa de Canarias, de ahí la relevancia que tienen las medidas de conservación, para lo que se ha articulado una relación específica centrada en la restauración de áreas quemadas y degradadas; la recuperación de especies de flora vascular con el control de herbívoros introducidos, a partir de un censo y su seguimiento, además de la gestión de poblaciones de flora amenazada.
Integración paisajística de infraestructuras hidráulicas
Reducir la afección de tuberías para la captación y transporte de agua es otro de los objetivos de trabajo marcados. Así, se dará cobertura a la integración de depósitos, soterramiento de tuberías y eliminación de aquellas en desuso.