El Silbo Gomero emana de los profundos barrancos de la Isla desde hace siglos como un instrumento de comunicación que ha sido esencial para escribir la propia historia de La Gomera. Esta tierra, marcada por los vertiginosos y escarpados paisajes, no se entiende sin uno de sus mayores tesoros patrimoniales y lo que es, sin duda, un legado inmaterial de incalculable valor.
Pero el Silbo Gomero no es de nadie y es de todos a la vez. No quiero confundir al lector con esta afirmación que a priori puede parecer una paradoja. Este lenguaje existe gracias a los hombres y mujeres que lo practican y de ellos depende su pervivencia. Por ello, resulta esencial que aseguremos que se escuche más allá de los barrancos de La Gomera y por ello, defendí esta semana en la Cámara regional una iniciativa que pretende que este lenguaje sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC) de ámbito autonómico.
Los gomeros y gomeras siempre hemos sido gente luchadora y trabajadora, pero también muy ingeniosa, lo que nos ha llevado a crear este hermoso lenguaje silbado para acortar las distancias y abarcar todos los rincones de la Isla, y ahora, nuestra intención es que este instrumento de comunicación llegue también a todos los rincones de Canarias para conservar su esencia y pureza y evitar su perversión o adulteramiento.
Han transcurrido ya doce años desde que la Unesco declarara al Silbo Gomero como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El camino no ha estado exento de complicaciones que nos han dificultado llegar hasta aquí y por ello, seguimos luchando para lograr que el Silbo Gomero tenga el reconocimiento que merece, lo que redundará en su protección y difusión. No podemos privar a las nuevas generaciones de aprender este lenguaje, el único que está incluido en el currículum de la enseñanza obligatoria de Canarias desde 1999 en La Gomera y desde 2019, de forma voluntaria en todas las Islas.
El Silbo Gomero encuentra sus primeras referencias en la crónica de Canarias ‘Le Canarien’, de 1402, que ya recoge en sus páginas la existencia de este lenguaje, describiendo la Isla como un país habitado por un pueblo que habla el lenguaje más extraño de todos los países de estas partes, y hablan con los besos, como si no tuvieran lengua. Son muchas las alusiones que han quedado plasmadas en diversos estudios, novelas y ensayos e incluso figura de manera expresa en el Estatuto de Autonomía de Canarias y en la Ley de Patrimonio de Canarias. Este hecho nos tiene que hacer ver y entender que el Silbo Gomero merece su máxima protección y reconocimiento a nivel regional.
Coherencia y cordura es lo que pido a los representantes políticos y a los grupos parlamentarios para que dejen de practicar el confusionismo y contribuyan a lograr que el Silbo Gomero sea un bien de todos los canarios y no sólo de unos pocos. Tenemos que abandonar los debates políticos estériles para velar por su máxima protección, su esencia y tradición.
Grandes maestros silbadores han ejercido una labor fundamental a la hora de transmitir la enseñanza de este lenguaje a los jóvenes. Su amor por este lenguaje ha sido su principal motor para compartir el silbo con las nuevas generaciones. Ahora es nuestro turno, por lo que no cejaremos en nuestro empeño hasta lograr que el silbo vaya más allá de las fronteras gomeras para no dejar fuera de cobertura al resto de canarios.