El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que si se cumplen las autorizaciones de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), dos semanas antes del inicio del curso 2021-2022 se podría iniciar la vacunación de los estudiantes de la ESO y de Bachillerato.
Así lo ha manifestado este sábado en un acto de agradecimiento a la comunidad educativa por el trabajo «de matrícula de honor» realizado durante el curso, que ha logrado que España haya sido uno de los «contados países que ha mantenido sus centros escolares abiertos a lo largo del curso» tras mantener «un 99,8 % de las aulas abiertas».
Además, Sánchez ha asegurado que en España hay «alegría de vivir», que, a su juicio, «se nota en el conjunto de compatriotas» porque «vamos lanzados en la vacunación, vamos récord tras récord en las dosis administradas y vamos recuperando el empleo», lo que también ha sido posible gracias a la educación.
«España va, está lanzada y ha puesto la directa hacia una recuperación justa y duradera», según el presidente del Gobierno, que ha expresado su satisfacción porque el próximo sábado, 26 de junio, gracias a los profesionales sanitarios, la comunidad educativa y los «compatriotas que lo han hecho posible vamos a poder quitarnos la mascarilla en los espacios abiertos».
Sanidad crea un grupo para inmunizar a adolescentes
Precisamente, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas aprobaron este jueves en la Comisión de Salud Pública la creación de tres nuevos grupos de edad receptores de las vacunas contra la COVID-19, uno de ellos destinado a las personas entre 12 y 19 años. Estos podrán comenzar a ser vacunados «solapando la captación de diferentes grupos, manteniendo el orden de edad descendente». Es decir, en paralelo a los mayores de 40 años, que están siendo actualmente vacunados, y sin haber terminado con ellos. La organización y citación, como es habitual, queda en manos de las comunidades autónomas.
La Comisión de Salud Pública no especifica con qué vacunas hay que inocular a las personas de 12 a 39 años. De 12 a 18 años solo está aprobada Pfizer/BioNTech, de 18 a 39 se puede utilizar esa, Moderna, y Janssen/Johnson&Johnson. Estaba en debate si esta última se daría a los menores de 40, por su vinculación a unos pocos casos de trombos. Pero según las normas hasta ahora, la única no utilizable para los grupos más jóvenes, porque está vetada a menores de 60 por motivos de prevención también de algunos pocos casos de trombos, es AstraZeneca/Oxford.
El dilema moral de vacunar a menores o donar dosis
Muchas voces llaman a replantearse esa inmunización de menores, al tratarse, los que no tienen condiciones de riesgo, de ciudadanos que no corren peligro de sufrir COVID-19 grave. Convendría más, apuntan esos expertos, antes que eso donar dosis a países que no han cubierto a sus mayores y vulnerables, algo que España ya ha conseguido.
La vacunación de los niños y adolescentes a corto plazo es un privilegio de Europa, Norteamérica y parte de Asia. En América Latina, según reporta Reuters, solo se lo plantea Chile, el país más avanzado de la región: el 44% de su población tiene pauta completa sobre todo con una de las vacunas chinas (Sinovac). En África, el más avanzado es Marruecos, con el 16% con pauta completa. El resto, incluida Sudáfrica, están por debajo del 3%.
De hecho, COVAX es una plataforma de donación de la ONU que depende de los estados miembros, y el mecanismo por el que muchos países empobrecidos están recibiendo buena parte de las dosis. La OMS, una pata de la ONU, ha animado a impulsarlo: advierten que resulta poco ético empezar a vacunar a población de menos riesgo cuando quedan mayores y sanitarios en África, Asia y Latinoamérica sin inmunizar. El objetivo de COVAX es alcanzar al menos al 20% de los países a los que ampara antes de que acabe 2021. El de la UE, Reino Unido o EEUU, la inmunidad de grupo.