El municipio norteño gomero de Agulo, celebra este domingo, 24 de abril, víspera de su Patrón, San Marcos el encendido de las hogueras de sabina en la principal calle de la localidad, aledaña a la Iglesia Patronal del municipio, acto que dará comienzo a las 21:00 horas aproximadamente.
Las Hogueras de San Marcos de Agulo tienen su principal razón de ser en las promesas anuales que realizaban y realizan los oriundos de esta localidad a su Santo Patrón y que consistía en la ofrenda de una ‘carga de sabina’ que es colocada en las inmediaciones de la Iglesia parroquial de forma correlativa ante la presencia de la imagen del Santo, que es portado al compás de las tradicionales chácaras y tambores mientras se le dedican romances alusivos a su presencia, tal y como destacaba este mismo periódico digital hace casi diez años en un amplio reportaje publicado para la ocasión.
El salto de las hogueras de San Marcos es una de las tradiciones vivas más antiguas de La Gomera. Ningún vecino que sienta Agulo como parte íntima de su vida deja pasar la oportunidad de asistir al evento y participar de la fiesta. El bullicio organizativo se siente en el aire desde una semana antes de que comiencen los actos de forma oficial. Todos, incluso los hijos del pueblo que se encuentran fuera, intentan acudir deseosos –al menos por una noche—al reencuentro de las vivencias y recuerdos de antaño.
Hasta para los más pequeños se construyen con afecto de lustros diminutas hogueras para que nadie resulte exiliado del jolgorio. Los niños saltarán sobre ellas igual que hacen los adultos imitando y aguantando espabilados durante gran parte de la noche.
Días antes las cuadrillas municipales encargadas de recolectar la sabina –madera utilizada tradicionalmente para las hogueras—parten hacia los montes en busca de la preciada rama. Los recolectores comienzan la fiesta temprana. No es un trabajo pesado porque la noche del día siguiente con su música y su danza compensará lo minucioso y lento del trabajo. La mejores ramas de sabina crepitarán bajo la mano sabia del recolector, él sabrá cuál está lo suficientemente seca como arder brillantemente esta noche en honor a su patrón. El aroma de la madera –penetrante y dulzón—le hace recordar todos los años que se ha subido al monte en busca del preciado don. Se prepara una gran noche.
Las cargas de leña –que antaño y también hoy cada uno en su intimidad y posibilidad las ve a modo de promesa—esperan pacientemente. Las grandes, que arderán bajo los saltos certeros y valientes de los adultos son las primeras en colocarse. Cuando todas están dispuestas comienzan a disponerse las más bajitas para los niños.
Para quien jamás haya presenciado el salto de las hogueras la primera vez no puede dejar de arrancarle más de un grito de asombro. La sabina arde furiosa bajo el fuego de la ofrenda. El aire se impregna rápidamente de su aroma. Los saltadores vencen cualquier reserva y animados por la música y el ambiente comienzan su espectacular demostración. Hombres y mujeres curtidos comienzan el baile frenético sobre las piras incendiadas. Es una muestra de gallardía y devoción que difícilmente puede dejar de admirarse con una mezcla de escalofríos y tensión.
Hay un momento en el que la música se mezcla íntimamente con el olor a leña quemada, el crepitar de las hogueras, el hipnotizador efecto del fuego. Hay un momento de rapto entre lo místico y lo pagano. Hay que bailar y beber pero no se puede dejar de saludar a San Marcos que complaciente ‘observa’ cómo los fieles le rinden culto.
San Marcos Evangelista,cuya imagen acompaña a los habitantes de Agulo desde 1632 permanecerá toda la noche despierto disfrutando del colorista espectáculo. Se dará la salida y se saltará una a una las hogueras del Patrón.
Los espectadores lanzarán gritos de ánimo y asombro. El Tajaraste, el Baile del Tambor seguirán en compañía del pueblo. ¡Sale para fuera San Marcos para que veas las hogueras!, dice el pie de romance.
- Extracto de un reportaje de Gomeranoticias publicado el 10 de abril de 2012.