Entre los muchos y variados valores naturales del Parque Nacional de Garajonay (La Gomera) se encuentran los nacientes, manantiales naturales por los que el agua subterránea aflora a la superficie. Estas surgencias tienen notable interés tanto natural, por los ecosistemas que mantienen y alimentan; como humano y social, puesto que son fuente de abastecimiento de poblaciones y cultivos en toda la isla, y objeto de toda una cultura de gestión y aprovechamiento del agua. Estos nacientes forman parte del patrimonio geológico de La Gomera, siendo los Lugares de Interés Geológico más sensibles y vulnerables de todo el inventario.
Los cambios en el régimen de precipitaciones (cantidad, tipología, estacionalidad) y los cambios de uso de los recursos naturales (agricultura, turismo) que se asocian al denominado cambio climático y global, están teniendo repercusión en los caudales de los nacientes de Garajonay. Para cuantificar estos cambios, conocer su origen y tratar de adoptar medidas de mitigación de los efectos dañinos, un equipo científico-técnico de diversos centros (Instituto Geológico y Minero de España-CSIC; universidades de La Laguna, Las Palmas de Gran Canaria, UNED, Complutense de Madrid y Rey Juan Carlos; y el Museo de la Naturaleza y Arqueología de Tenerife) han emprendido un ambicioso proyecto de investigación financiado por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales (OAPN), el proyecto IVRIPARC ‘Impactos, vulnerabilidad y resiliencia de la Geodiversidad y el Patrimonio Geológico ante el Cambio Global en los Parques Nacionales Canarios’.
A lo largo de los tres próximos años, con la colaboración del P.N. de Garajonay y el Consejo Insular del Aguas del Cabildo de La Gomera, se estudiarán buena parte de los nacientes; se medirán sus caudales en continuo con instrumentos automáticos (limnígrafos); se colocará una estación meteorológica completa en la zona alta del parque, donde recargan los acuíferos de los nacientes, con transmisión de datos de precipitación, temperatura, etc. cada cinco minutos a una nube informática; y se tomarán muestras periódicas de agua en los nacientes para analizar su composición química isotópica, y poder saber cuánto tiempo hace que se infiltró y cuánto ha discurrido por el acuífero.
En definitiva, los científicos y técnicos, en colaboración con gestores, están investigando para conocer mejor y proteger este patrimonio natural frente a los efectos dañinos del cambio climático, y estar más preparados para la su evolución futura.