España no ha notificado hasta la fecha ningún caso de botulismo como los que han registrado tres países europeos en pacientes que viajaron a Turquía en febrero para someterse a operaciones para adelgazar, pero mantiene una vigilancia y monitorización constantes de la situación.
Así lo han informado a EFE fuentes del Ministerio de Sanidad tras la alerta del Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) de 14 casos (12 en Alemania, uno en Austria y otro en Suiza) que viajaron a Turquía entre el 22 y el 25 de febrero para la intervención, consistente en una inyección intragástrica de toxina botulínica.
Según el boletín del ECDC, consta información de 10 casos que se operaron en la misma clínica de Estambul: «Existe un riesgo de intoxicación para quienes viajan a Turquía para tratamientos médicos con inyección intragástrica de la neurotoxina del botulismo», advierte el organismo europeo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado también de la detección de lotes falsificados de un producto de neurotoxina botulínica distribuido en Turquía en mayo de 2022, si bien se desconoce si «se han utilizado para tratamiento en los casos reportados hasta el momento».
Se trata de adultos de mediana edad, cuyo cuadro varió de leve a grave; varios han sido hospitalizados, algunos de los cuales han requerido su ingreso en la UCI.
El botulismo es una enfermedad neuroparalítica grave causada por las toxinas botulínicas producidas principalmente por la bacteria Clostridium botulínica; puede ocurrir naturalmente en cuatro formas diferentes: el botulismo transmitido por alimentos, el intestinal, el infantil y por heridas.
Y otras dos que no ocurren naturalmente, como son el botulismo por inhalación y el iatrogénico, que es el reportado por estos países y la forma más reciente de botulismo creada por el hombre, que puede aparecer después de la administración de la toxina con fines terapéuticos o cosméticos.
Los síntomas del botulismo iatrogénico se caracterizan por debilidad y dificultad para tragar. Los posteriores a un tratamiento cosmético pueden ser oftalmológicos y orofaríngeos (visión borrosa, párpado caído y sequedad de boca), mientras que las toxicidades posteriores a los tratamientos terapéuticos están relacionadas con la dificultad para la respiración y debilidad.
Según el ECDC, y teniendo en cuenta la posible variación en la presentación clínica de la enfermedad, «es posible que algunos casos estén aún por identificar» y pueden surgir nuevos en personas que viajan a Turquía para someterse a estas intervenciones, más baratas que en Europa, por lo que ha pedido a los países a comunicar cualquier información relevante al respecto.