Convocados por asociaciones ambientales y culturales de la isla de La Gomera, a las que
han apoyado los sindicatos CC.OO. UGT y STEC, La Gomera se suma a la jornada de
reivindicación que el próximo sábado 20 de abril tendrá lugar en toda Canarias.
Desde la coordinadora convocante se invita a participar a todas las personas a una jornada
que debe servir para que la población reflexione sobre el modelo de turismo que se quiere
para Canarias y en particular para nuestra Isla.
En tal sentido se recuerda que, si bien el turismo ha sido el principal motor de la economía
canaria en las últimas décadas, el modelo adoptado ha dado muestras de tener efectos muy negativos que ponen en peligro la calidad de vida de los residentes insulares.
Los datos muestran que la llegada de más turistas a Canarias no significa un descenso de
los niveles de pobreza, ni una mejora en las condiciones laborales de la población
trabajadora. Muy al contrario, incide en la sobreexplotación de recursos limitados, como son el agua o el propio territorio y genera una presión insoportable sobre determinados Espacios Naturales Protegidos, así como sobre especie únicas y sobre nuestro patrimonio cultural.
Este modelo de desarrollo desenfrenado está devastando la calidad de vida en Canarias,
amenazando aquellas características que hacían únicas a las islas: su biodiversidad, sus
paisajes, su gente y su identidad.
En La Gomera se cierne la amenaza de sumarse a ese modelo de turismo masivo y voraz.
Cabe recordar que la planificación realizada en su día señalaba un cupo máximo de 17 mil
camas turísticas con una expectativa poblacional de 30 mil habitantes. Lo que equivaldría a
casi una cama turística por habitante y medio.
En la actualidad la isla recibe más de 300 mil excursionistas que arriban en los primeros ferris y se van en los últimos, convirtiendo a la isla en una especie de parque temático anexo a la isla de Tenerife.
Otra problemática añadida es la denominada Ley de las islas verdes, aprobada el 25 de abril de 2019, cuyo ámbito de actuación es La Gomera, La Palma y el Hierro. Tal disposición legal permite la desaparición de los límites globales y el ritmo de crecimiento de la actividad turística en el ámbito rural, posibilita las edificaciones continuas que podrán dar a lugar a núcleos turísticos en dicho ámbito y las edificaciones de carácter turístico en suelos de protección paisajísticas o culturales. A través de la figura del instrumento de planificación turística singular permite que el verde de nuestra naturaleza se transforme en el gris del cemento.
Las entidades convocantes entienden que replantear el modelo turístico en Canarias es un
ejercicio necesario ante sus nefastas consecuencias: playas contaminadas, pérdida del
territorio, trabajo precario, falta de espacio para residentes, acceso imposible a la vivienda,
tráfico insoportable, cambio climático y un larguísimo etcétera.
Concluyen señalando que en el caso de La Gomera la apuesta por preservar nuestro
patrimonio natural y cultural, nuestra singularidades e identidad debe prevalecer sobre un
turismo masivo e irracional.