Foto: Fondo familiar

* En La Gomera en particular y en Canarias en general, muchas personas o familias tienen sobrenombres, nombretes como decimos por estas tierras, algunos con un claro sentido peyorativo y otros, simplemente, una manera de denominar a alguien o a un grupo en concreto. Mi familia no iba a ser diferente, los hubo peyorativos, aunque nunca sentí que hiriesen de verdad, al contrario, generaban cierta honra, cierto orgullo de pertenencia. También hubo de los otros, los que te decían a la cara, los que no usaban a tus espaldas, y de esos voy a hablar, más bien de uno concreto, Los Lino.

Foto: Fondo familiar

Esta investigación se desarrollará de manera patrilineal, es decir, recorreremos el linaje entre quiénes porten el apellido Rodríguez en primer lugar, porque si bien hay multitud de líneas estudiadas, exponerlas todas sólo nos alejaría del fin del presente artículo, que no es otro que llegar al origen de los Lino en Sobreagulo y la génesis del apodo. Futuras publicaciones profundizarán en una historia familiar interesante.

Mi abuelo Federico Rodríguez Cabello, Federico Lino, nació en Placetas, Cuba, el dieciocho de julio de 1912, no tuve la suerte de conocerlo, murió relativamente joven, con sesenta y un años, en los brazos de su hija Quiteria, en casa, entre los suyos. Desde mi confortable cuna no era consciente del drama familiar que se estaba viviendo, quien escribe apenas tenía siete meses de vida. Su pasión era la poesía, le encantaba improvisar décimas mientras trabajaba, así como disfrutar del folclore, del baile del tambor, era un destacado romanceador. Me contaba mi abuela Juana Escuela, su mujer, que me prometía como regalo un par de chácaras, las que junto con el tambor conforman la base del folclore gomero; seguro que imaginó cómo me enseñaba a repicarlas al ritmo de esos cinco golpes hipnóticos que lo caracterizan.

Foto: Fondo familiar

Federico casó con Juana Escuela Plasencia en la Iglesia Parroquial de San Marcos de Agulo el ocho de enero de 1934, de esta unión nacieron cinco hijos, a saber:

1- Horacio Emilio (1935)

2- Rafael, fallecido prematuramente

3- Juan (1941)

4- Quiteria del Carmen (1947)

5- Edelmira Francisca (1949)

Salvo Rafael, todos ellos con amplia descendencia,

El central Fidencia en 1913 Foto: https://historiacuba.wordpress.com/

Federico Lino, como se adelantó, nació en Cuba, hijo de Antonio de las Mercedes Rodríguez Martín y María del Pilar Cabello Alonso, quien también figura en diversos documentos como Cabello Cubas. En el momento del nacimiento de Federico, la pareja tenían fijada su residencia en el Ingenio Fidencia, en la localidad de Placetas, provincia de Santa Clara, Cuba. La unión se produjo en la iglesia Parroquial de San Marcos de Agulo el dieciséis de agosto de 1907. De esta unión constan que llegasen a edad adulta los siguientes hijos:

1- Antonio (1910)

2- Federico (1912)

3- Rafael (1913)

4- Juan (1916)

5- Pilar (1920)

6- Delfina (1924)

Foto: Fondo familiar

Antonio de las Mercedes Rodríguez Martín nació en la tarde del nueve de octubre de 1879, hijo de Antonio Rodríguez Noda y de Antonia Martín González. Antes de proseguir profundizando en la familia Lino y en la descendencia de este último enlace, la tradición oral nos permite conocer algo más de la figura humana que los registros no nos pueden ofrecer. Según relataba Antonia Magdalena Rodríguez, Antonio de las Mercedes Rodríguez Martín, Antonio Lino, como era conocido, era un persona respetada en Las Rosas, ayudaba a quien se lo solicitase si estaba a su alcance, “No se metía con nadie y era un hombre muy servicial, si tú lo ocupabas y él tenía, no te dejaba sin almorzar ni cenar”. Tenía su casa ubicada en una zona de Las Rosas denominada El Vicario, fue esta la primera vivienda del barrio que contó con agua corriente a principios del siglo XX. Antonio de las Mercedes fue un destacado simpatizante del Partido Radical, participando personalmente en las campañas electorales durante la Segunda República, sin embargo, esta actividad política no menoscabó su alta estima entre sus convecinos. Otro aspecto a destacar era su capacidad de improvisar décimas, un romanceador, como se les denomina en La Gomera, un auténtico narrador de los acontecimientos sociales del momento. Prueba de ello son estos versos que contaban diversas situaciones o anécdotas del momento.

En estos habla de la escasez de algunos alimentos esenciales:

Será posible Victoria

que tu no haces café,

chocolate no se ve

ni azúcar en nuestra casa

sólo el pan cuando se amasa

y que sirve de juguete,

solamente los rosquetes

que los hacen en Agulo,

que me dicen de seguro

que los hacen de paquete.

En estos versos relata una anécdota sobre el robo de una gallina:

Señores voy a contarles

una historia verdadera

que ha pasado en La Gomera,

que le robó la montera

la polla de José Francisco.

Eso sí yo lo critico,

se debe de criticar

todo el que quiera robar

que robe con disciplina

que la polla de Serafina

que la tiene que entregar.

En estos otros relata la amplia prole de una vecina llamada Petra Medina:

Bartolo toca la flauta,

Valentina la corneta,

Isabel lava la ropa

y Adriana, la más chica,

se rascaba la la cabeza.

Antonio de Las Mercedes, como no podía ser de otra manera entre muchos de los primogénitos del linaje, se llamaba como su padre, Antonio Rodríguez Noda, nacido en 1853; quien contrajo matrimonio en 1873 con Antonia Martín González, nacida en 1850, hija de Juan Martín Méndez y de Paula González Amaya. De este enlace se tiene constancia de cinco hijos:

1- Antonio de Las Mercedes (1879)

2- Alejandro (1874), que casó con Juana Barrera Correa el trece de noviembre de 1899. De esta unión nacen al menos Federico, casado con Serafina Medina, y Avelino (1912), que casa en 1932 con María de las Mercedes Medina Martín. Ambas uniones con amplia descendencia.

3- Felicia (1887), nacida en Cuba, casada Agulo en 1920 con Francisco Santos Lázaro, con amplia descendencia.

4- María, casada con Filiberto Rodríguez. Se asentaron en Cuba.

5- Juana, casada con José Escuela Barroso. Con descendencia.

Como hemos visto, en 1887 Antonio Rodríguez Noda estaba asentado en Cuba, en aquella época aún parte del imperio español, y vinculado con el negocio azucarero, poseía doce yuntas de bueyes para el transporte durante de la zafra de la caña.

Antonio Rodríguez Noda nació en 1853, como vimos anteriormente, hijo de Antonio Ramón Rodríguez Clemente y de su mujer Vicenta Noda Marichal, casados el veintitrés de junio de 1852. De esta unión nacieron:

1- Antonio (1853).

2- Domingo (1867), casado con Julia Herrera Padrón en 1894. Quienes tienen al menos a:

1- María del Carmen (1904),casada en 1931 con Domingo Ventura Medel.

. 2- María (1907), casada en 1917 con Fernando Medina Conrado.

3- Francisco (1868), casado con María Herrera Padrón en 1886, como podemos observar, los dos hermanos casaron con dos hermanas. En este enlace figura Antonio Ramón como natural de Chipude. Con amplia descendencia, entre la que destacan:

1- Cristóbal (1890), casado en 1905 con Cesarina Medel Ventura.

2- Domingo (1892), casado en 1913 con María del Carmen Cordobés Correa.

3- Francisco (1906), casado en 1931 con Luisa Medina Medina.

4- María (1909), casada en 1930 con Juan García Conrado.

De la consulta del censo de 1873 extraemos que en la casa número 191 de La Palmita vivían Antonio Ramón con 38 años, Vicenta con 40, sus hijos Antonio, Domingo y Francisco, además, cabe significar que también residía en el domicilio familiar Josefa, de 21 años y que figura en el mencionado censo como criada, lo que nos da una idea del nivel social de la familia. Cabe reseñar también que los padres de Vicenta son Jacinto José de Noda y Doña Catalina Marichal, de este tratamiento que recibe su madre, también se desprende que procede de una familia con un alto nivel social.

Antonio Ramón contrae segundas nupcias cuando contaba con 58 años en 1889 con Rudesinda González Torres, de 27 años e hija de Domingo González Barrera y Laura Torres Niebla, naturales de El Cercado. De este enlace la investigación no ha logrado encontrar hijos que llegasen a edad adulta.

Ascendemos una generación para conocer a los padres de Antonio Ramón, los mismos fueron José L. Rodríguez Herrera y Francisca María Clemente Lazo, ambos son naturales de Vallehermoso, casados en la Parroquia de San Juan Bautista de la mencionada localidad en 1825.

De esta unión tenemos constancia de la siguiente descendencia:

1- Antonio Ramón (1835), como vimos casado en 1852 con Vicenta Noda Marichal.

2- Antonia María (1831), casada en 1850 con Juan Noda Marichal, hermano de la esposa de Antonio Ramón

3- Marcos (1833)

4- Mateo (1836)

5- Juan (1840)

6- Francisco (1844)

En los diversos censos consultados, 1835, 1846, 1859 y 1863, el matrimonio de José L. y Francisca tenía fijada su residencia en La Palmita. Para un acercamiento a la realidad social del matrimonio, observamos como en el registro de 1859 residía con ellos Juan Magdalena, de 18 años y criado; en el realizado en 1863 nos encontramos a Valentín, de 11 años, también ejerciendo funciones de sirviente. Todo ello nos hace suponer un alto estatus dentro de la sociedad agulense de la época.

Para sostener esta última afirmación y poder documentar el origen del apelativo familiar, vamos a ver las partidas de bautismo tanto de José L. Lino, como de su mujer Francisca, y que dicen así:

“En el año de Señor. de mil ochocientos y dos a treinta de Septiembre. Yo Don. Francisco. Xavier Roldán y Peraza Cura Rector de la Parroquia del Señor de San Juan Bautista de este lugar de Vallehermoso de La Gomera bautizé solemnemente y ungí con el Santo Oleo y crisma a un Niño que dicen que nació el día veinte y tres de dicho mes, al que se le puso por nombre José Lino, hijo Legítimo de Antonio Rodríguez y Barbara de Gerreras. Abuelos Paternos Andrés Rodríguez y María Reyes: Maternos José Guerreras y Maria Savina Piñero: La madre de dicho niño es natural del lugar de Agulo : Los Abuelos Maternos del Valle de Hermigua y el padre y Abuelos paternos de este dcho lugar de Vallehermoso de donde son Vecinos fueron sus Padrinos Josef Marcel, a quien advertí el parentesco espiritual y su obligación y lo firmé.”

En el año de Señor de mil ochocientos y dos a trece de Diciembre Yo Don. Francisco Xavier Roldán y Peraza Cura Rector de la Parroquia del S Señor de San Juan Bautista de este lugar de Vallehermoso de La Gomera bautizé solemnemente y ungí con el Santo Oleo y chrisma a una Niña que dicen nació el día diez de dicho mes, a la que se le puso por nombre. Francisca María del Carmen, hija lexitima de Francisco Clemente y Maria Lazo. Abuelos paternos Domingo Lazo y Clara Manrique: Maternos Antonio Clemente y Josepha Madalena todos los dichos naturales y Vecinos de este dcho Valle: fue su padrino Joseph Antonio de la Paz a quien advertí el parentesco espiritual y su obligación y lo firmé.”

A modo de conclusión, de la partida de bautismo de Francisca podemos constatar su estatus social por el tratamiento que tiene su abuela paterna, Doña Clara Manrique, reservado a los estratos más altos de la sociedad de la época, no siendo el único ejemplo entre sus antepasados, pero cuyo detalle haría innecesariamente larga esta investigación.

En cuando a José Lino, vemos como el apelativo familiar responde al segundo nombre del mismo, cuya onomástica coincide con el día de su nacimiento, el veintitrés de septiembre, por lo que siguiendo la tradición católica, se le puso como segundo nombre el que correspondía según el santoral del día.

La investigación del linaje Rodríguez no finaliza en José Lino, destacar que tuvo al menos seis hermanos, a saber:

1- Antonio Vicente (1805), casado en 1822 en Agulo con Catalina Josefa Clemente. Con descendencia.

2- María del Rosario, casada en Agulo en 1834 con Antonio de Vera.

3- Lorenza (1813)

4- Domingo (1817)

5- Francisco Antonio, casado en Agulo en 1829 con María Medina.

5- Juana (1821), que casa en con Antonio José Cabellos Vargas, de quienes desciende María del Pilar Cabello Alonso, la mujer de Antonio de las Mercedes Rodríguez Martín, los padres de nuestro Federico Lino, cerrándose de esta manera el círculo familiar.

Más allá de José Lino, la investigación del linaje llega hasta finales del siglo XVI donde nos encontramos a Gabriel Rodríguez Melián y su mujer Polonia de Vera, casados en Alajeró, cuyos descendientes tienen estrechos lazos con la oligarquía local, constatando como se ha dicho con anterioridad, el abolengo familiar.

La fuertes escritas de la presente investigación son los fondos parroquiales y censos existentes en el Archivo Histórico Diocesano de San Cristóbal de La Laguna. Las fuentes orales merecen una mención especial por el componente emocional que traen aparejado, eternamente agradecido a mi abuela Antonia Rodríguez Magdalena, a mi madre Quiteria Rodríguez Escuela y a mi tío Juan Rodríguez Escuela. Gracias a Rafael Rodríguez y Rodríguez por todo y en especial por el archivo fotográfico. Tampoco me puedo olvidar de Carmen Pérez Rodríguez y de Celia Rodríguez, gracias. A María Carrillo por la ayuda en la corrección y en el apoyo documental. En definitiva, gracias a todos aquellos que de una manera u otra han ayudado a conocer a los Lino.

*Gustavo Adolfo González Rodríguez. Miembro de la La Sociedad de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Canarias (SEGEHECA)