Muchos conocemos ejemplos de abusos: compra y venta de votos,coacción de empresarios a sus trabajadores,presiones del gobernante sobre sus empleados,manipulación de los medios de comunicación,etc. También sabemos de actos y decisiones,por parte del gobernante,contra la propiedad y la libertad de las personas. Y llama poderosamente la atención que los demás miembros del equipo de gobierno,o los propios ciudadanos conocedores de los hechos,no parecen inmutarse lo más mínimo. Nunca pasa nada. Todo sigue igual. Realmente penoso.

Se avecina la fecha de la votación y creo necesario dejar de manifiesto,y recordar,que el poder del poderoso no es mágico sino que implica la decisión,correcta o no,de obedecer,por parte de muchos. Pero hay momentos y circunstancias en las que es imprescindible la sana y digna desobediencia,como en el caso de cierto alcalde que ha pretendido interferir y obstruir,de manera arbitraria y obscena,la libre decisión de un ciudadano tratando de imponerle el sentido de su voto. Un atropello a la libertad que hiela el corazón y causa una pena intensa,pero no es la única.

También me resulta penoso ese conjunto de ciudadanos ahogados en la pobreza e indigencia intelectual,moral y material,que son atraídos,embaucados y ganados para la causa por parte del líder momentáneo a quien casi adoran y con quien llegan a identificarse.

Me apenan esos supuestos líderes,alienados y muertos en vida,con su adicción al poder que parece que es lo único que da sentido a su existencia.

Siento pesar por esos ciudadanos serviles y ávidos de clientelismo,sobre todo los fanáticos e incultos que viven de los favores de los gobernantes y se someten al dominio de sus partidos políticos.

Me dan pena los “presuntos intelectuales” que a pesar de sus doctorados,sus dominios de idiomas o el gusto por la música clásica terminan por justificar,apoyar o explicar comportamientos o decisiones propios de dictadores,autoritarios y déspotas.

 

Y por encima de todo me da una especial y dolorosa pena un grupo de individuos que,pese a tener conocimiento directo de los desmanes de su líder o jefe,permanecen impávidos e inconmovibles. Son esos concejales ( consejeros o diputados en otros casos ) que acomodados en sus respectivos sillones han permanecido silenciosos todo el tiempo,casi ni se nota que han estado allí,conscientes de los disparates y excesos de su superior. No han hecho ni hacen nada,absolutamente nada. Se han limitado a votar en el sentido que le indicaban. No importa el tema de que se trate. Todo da igual. Votan lo que sea y con plena conciencia de lo absurdo. Incluso viven y sienten el “mal ajeno” como algo banal,indiferente,insignificante,irrisorio.

¿ Cómo entender este tipo de actitud ? ¿ A caso no es un ejemplo de lo más bajo de lo humano ? ¿ Les dolerá en lo más hondo de su alma saber que el papel que les ha tocado en la historia es ser esclavos silenciosos y disconformes del poder ? ¿ Por qué actúan así ? ¿ Cobardía ? ¿ Egoísmo ? ¿ Amenazas a sus familias,a sus bienes o puestos de trabajo ? .

La vida es una continua toma de decisiones,algunas de vital importancia,y cada ciudadano que aspire a ser libre debe,al mismo tiempo,ser responsable y saber asumir las consecuencias de sus decisiones. Ante la imposibilidad de que estos concejales adopten decisiones valientes,y sin pretender juzgar a nadie,les pido que se vayan por donde vinieron y que permanezcan en silencio porque es lo único digno que pueden hacer. Y que no se metan otra vez en este tipo de política perversa porque la política,en sí,no es perversa sino que la hacen perversa sus decisiones y comportamientos. Váyanse,por favor,pidan perdón a sí mismo y a los familiares,seguro que serán perdonados,y no vuelvan más.

P.S.: “ Los tiranos se rodean de hombres malos porque les gusta ser adulados y ningún hombre de espíritu elevado les adulará ”. Aristóteles.