«La mayoría de los dramas, de los recortes y de las agresiones que hemos sufrido todos estos años los ha hecho gente muy bien vestida, con traje y corbata, con coches de lujo y unas casas muy arregladitas». La declaración es del 15 de diciembre de 2015, en plena campaña electoral. Y es de Alberto Rodríguez, más conocido en las últimas horas como «el diputado de las rastas», anticipando la polémica que le ha convertido en noticia por su particular peinado el día que estrenaba escaño. Tal cual.
La nueva legislatura en el Congreso ha arrancado con dos polémicas inesperadas. Primero fue el niño de Carolina Bescansa, luego el diputado de las rastas. Este último se llama Alberto, tiene 33 años, es Técnico Superior en Química Ambiental, diputado de Podemos por Santa Cruz de Tenerife y sólo se ha hecho repentinamente famoso por la particular valoración que ha hecho de su peinado la vicepresidenta primera del Congreso, Celia Villalobos.
«A mí que un diputado de Podemos lleve rastas me da igual. A mí con que las lleven limpias para que no me peguen un piojo, me parece prefecto«, ha asegurado Villalobos durante su intervención en el programa de TVE ‘La Mañana’ de Mariló Montero. Y de repente «piojos» ha sido tendencia en Twitter.
Casi a la vez, una periodista en Antena 3 exigía «un poquito de limpieza» a los nuevos diputados nacionales y sentenciaba que «la progresía no está reñida con la ducha».
Podemos ha evitado agrandar la polémica. Miguel Ardanuy, diputado de la Comunidad de Madrid y responsable de Participación Ciudadana en Podemos, luce rastas también y ha tuiteado: «Ojalá el partido de Celia VIllalobos estuviera la mitad de limpio que mis rastas».
Íñigo Errejón, secretario político de Podemos y también diputado nacional, ha recordado en La Sexta que Alberto Rodríguez «ha sido elegido y por tanto es un representante de la soberanía popular» y ha lamentado «las faltas de respeto con los que visten, llevan el pelo o se conforman de formas diferentes».
El propio Alberto Rodríguez no ha querido atender a este periódico. La versión oficial es que «no es portavoz y de momento no concede entrevistas».
Durante la campaña electoral sí concedió varias a distintos medios canarios y en una de ellas sí habló de su look. Lo hizo en ‘El Blogo Feroz’, un diario digital canario. «A las personas que me atacan sólo por mi aspecto les digo que se esperen, que esperen a que realicemos nuestra labor política y que todo lo que hagamos mal nos lo critiquen con toda la fuerza y la rudeza necesaria. Para eso estamos, para con las críticas aprender y mejorar, pero criticarnos sólo por nuestro aspecto deja entrever que hay algo en la sociedad, o por lo menos en un sector de la sociedad, que está anquilosado y que no entiende los nuevos tiempos, y algo que no cabe duda que hay que cambiarlo».
El diputado de Podemos intuía antes de las elecciones que su imagen sería «un precio que tendríamos que pagar si queremos cambiar las leyes de este país y mejorar la vida de la gente» y avisaba: «No es algo que me eche para atrás, no hay problema, aquí estamos».