El exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha pedido este martes que las primarias no se conviertan en un «ejercicio de nostalgia» del PSOE, y se conviertan en el «kilómetro cero» del cambio que necesita el país.
En un acto en La Laguna (Tenerife) ante casi unas 500 personas y que ha contado con la presencia, entre otros del vicepresidente del Cabildo, Aurelio Abreu, el exdiputado nacional, José Segura o el concejal lagunero Javier Abreu, Sánchez se ha referido al apoyo que han prestado expresidentes y exsecretarios generales a Susana Díaz, diciendo que los socialistas se sienten «orgullosos» de su gestión, pero remarcando que «ellos, con 35 años menos», estarían apoyando su candidatura.
Sánchez, que ha sido recibido con mensajes de ‘no a las gestoras’ –en Canarias hay una a nivel regional y otra insular–, ha señalado que el PSOE debe ser «patrimonio de la militancia y no de la alta dirigencia», y aunque «algunos se molestan», no ha ocultado que su candidatura es «de la militancia» que quiere un PSOE «a la izquierda, autónomo, creíble y coherente», donde no «depongan» al secretario general. En esa línea, ha apuntado que «la elección es sencilla», entre un partido «anclado en el siglo XX» u otro abierto al siglo XXI, donde el voto del secretario general «valga lo mismo que el militante». Ha dicho que en su partido «no hay ni buenos ni malos, sino buenas y malas conductas», y en ese sentido, ha admitido que no le gustó lo que pasó en el comité federal de octubre ni «para qué se hizo», para abstenerse en la investidura de Rajoy.
Alianza entre la izquierda, como en Portugal
No obstante, ha apostado por «pasar página» pero devolviendo al PSOE «a la senda de la izquierda y la autonomía y el empoderamiento de la militancia». Como ejemplo de los nuevos tiempos, ha destacado que en Holanda la socialdemocracia «se ha derumbado» y en Portugal los socialistas suben en las encuestas, insistiendo en que la gran coalición «es una gran contradicción» porque lo que hace es «desdibujar» el proyecto socialdemócrata. Por eso, ha dicho que la «solución» es lo que ocurre en Portugal, donde hay un presidente socialista con apoyo de fuerzas progresistas, reivindicando un PSOE «ganador» pero «unido» a ideas y convicciones, no a la derecha. «Así no ganaremos», ha explicado. Ha pedido que expliquen «por qué se abstuvieron» los que ya tienen candidatura, y ha incidido en que el partido vive una «encrucijada» porque solo hay dos opciones, la de la abstención o «ser alternativa» a Mariano Rajoy. Sobre su proyecto, ha dicho que el PSOE debe ser «referencia» para la gente joven frente a la austeridad de la derecha, que los ha condenado al «precariado y la emigración», y en cuanto a la regeneración, de ha apoyado en el discurso del 15-M para «blindar la democracia de corrupción» y acabar con las «puertas giratorias».
Conquistar el futuro
Ha reclamado que el PSOE vuelva a ser «el partido de la izquierda» pero actualizado al siglo XXI, dando respuesta a «nuevos retos» como la digilitalización de la economía, el terrorismo o el cambio climático. «Tenemos que reivindicar los valores de la Revolución Francesa, libertad, fraternidad e igualdad», ha señalado. Sánchez ha solicitado que la igualdad sea «política de Estado» y que se «mime» a pequeños territorios y alejados como Canarias, donde ha reconocido su carácter ultraperiférico y ha solicitado un sistema electoral «distinto». Asimismo, ha abogado por el «entendimiento entre distintos» para resolver la crisis territorial de Cataluña o la laicidad del Estado.
Ha pedido «mirar al futuro» y no tanto al pasado aunque estén «orgullosos», ya que la gente vive con «angustia» el presente. «Debemos hablar de lo que vamos a hacer, conquistar el futuro y no que las primarias sean un ejercicio de nostalgia del PSOE», ha explicado. Sobre Cataluña, ha dicho que va a un «callejón sin salida» por la irresponsabilidad de los políticos catalanes y la «inacción» de Rajoy, y ha pedido al PSC que ayuden a impulsar el cambio. Se ha reivindicado como un «político libre» y ha valorado las consultas a la militancia, que deben ser «obligatorias» después de las elecciones. «Esto no es un partido asambleario, sino consultar las decisiones con la máxima autoridad, la militancia», ha señalado.
Unidad y democracia interna
Además, ha pedido «unidad y democracia interna», descartando que haya enemigos internos porque el «adversario» es el PP, criticando que se cuestione permanentemente al secretario general, porque es una «debilidad» para el partido. Ha dicho que se gobierna «desde La Moncloa, no desde el Parlamento», y se ha preguntado qué hubiera pasado si Podemos hubiera apoyado su investidura. «Estaríamos cambiando España», ha señalado, incidiendo en «qué ha cambiado» en los últimos meses porque «Bárcenas está en la calle, no ha devuelto el dinero y Rajoy en La Moncloa». Sánchez ha dicho que pagó «un alto precio» por ser «coherente», y por ello ha pedido que todos estén «detrás» del nuevo secretario general cuando acaben las primarias. «Quien gana en las primarias es el PSOE, seré el secretario general de los 180.000 afiliados voten a quien voten», ha apuntado, subrayando que un PSOE «sin líder» solo beneficia a Rajoy. En esa línea, ha dicho que quiere «llegar al corazón» de los progresistas españoles para acabar con la España «de blanco y negro» de Rajoy, apuntando que las primarias deben ser el «kilómetro cero» de una ola de cambio «imparable» que nace de las bases socialistas. «Si cambiamos el PSOE dejaremos España en las mejores manos», ha explicado.