Jerónimo Saavedra se ha despedido este martes como Diputado del Común ante el pleno del Parlamento de Canarias y deja la actividad política «ligero de equipaje», igual que llegó, pero sin presumir de ello, porque así lo hacen muchos políticos honestos, que son la mayoría, aseguró.
Los diputados autonómicos le han correspondido con aplausos, puestos en pie, tras concluir la presentación del informe anual del Diputado del Común, equivalente al Defensor del Pueblo, institución a cuyo frente ha estado los últimos seis años y medio.
Jerónimo Saavedra, a punto de cumplir 82 años, ha sido presidente y secretario general del PSOE canario, diputado nacional y autonómico, presidente del Gobierno de Canarias, senador, ministro de Administraciones Públicas, ministro de Educación y Ciencia, alcalde de Las Palmas de Gran Canaria y Diputado del Común.
Hace un año, también con ocasión de la presentación del informe anual del Diputado del Común, Saavedra ya se había despedido, pero ante la falta de capacidad del Parlamento de Canarias para designar un sucesor se ha visto obligado a repetir este año.
«Déjense de aplausos: el año pasado me aplaudieron y me tienen otra vez aquí. Cumplan los pactos y elijan al sucesor», pidió Saavedra al pleno antes de abandonar la tribuna de oradores.
Los diputados no atendieron a su primera petición y lo despidieron puestos en pie con una prolongada ovación. «Afortunadamente el Parlamento no le ha hecho caso en esto», se congratuló la presidenta de la Cámara, Carolina Darias.
En su informe del pasado año, Saavedra también fue despedido entre elogios y con el hemiciclo puesto en pie, pero esta vez podría ser la última de verdad si se cumple el principio de acuerdo que existe para nombrar a su sucesor.
En su último discurso, Saavedra hizo un llamamiento al Parlamento para que sopese bien cuáles son sus prioridades y cuáles son las de la sociedad a la que representa, si vale más la pena gastar 200 millones de euros en siete kilómetros de carreteras o destinarlos a residencias de mayores, vivienda, atención a la dependencia o escuelas infantiles.
«La liberación de la mujer madre solo puede venir por las escuelas infantiles gratuitas, sin ellas no podrán trabajar, sean sensibles a esta cuestión», pidió Jerónimo Saavedra.