La Cátedra del Silbo Gomero avanza en el cumplimiento de los objetivos marcados en su creación. Después de la formación realizada con maestros silbadores durante los dos últimos meses, la iniciativa, promovida por el Cabildo de La Gomera y la Universidad de La Laguna, acerca la divulgación de este lenguaje a otros puntos de Canarias, con la mirada puesta en el conocimiento de este Patrimonio.
Tal y como explica la consejera de Política Sociocultural, Rosa Elena García, la Cátedra nace con una vocación clara: “Fomentar el estudio, el debate y la investigación del Silbo Gomero, desde una perspectiva real y que garantice su autenticidad”. Por estos motivos, indica que se ha ideado una estrategia para que las Islas puedan acoger jornadas en las que técnicos investigadores y maestros silbadores expongan los valores de este lenguaje.
Esta acción está diseñada para la inclusión de una ponencia en la que se hará una intervención teórica impartida por maestros silbadores, en la que se explicará en qué consiste este lenguaje, incorporando elementos prácticos. Asimismo, se sumará la exposición de experiencias por parte de los silbadores y, por último, se realizará una muestra de Silbo Gomero.
En cada sesión se abordará el origen del lenguaje; se realizará un breve recorrido por la historia del Silbo Gomero, desde los primeros escritos hasta los actuales sistemas de comunicación. A esto se añadirá una exposición de las labores de protección y conservación, unido a indicaciones sobre la fonología del silbo y su uso. Por último, se incluye el análisis de diferentes estudios realizados sobre modelos de comunicación.
Formación de maestros silbadores
García alude al grado de compromiso de los maestros silbadores y valora la participación en la primera acción de la Cátedra en la que obtuvieron el certificado del curso realizado sobre aspectos teóricos y prácticos del Silbo Gomero, bajo la dirección académica de Marcial Morera, y en el que también participaron Juana Luisa Herrera, Eugenio Darias, Rogelio Botanz, José Juan Bautista, Francisco Correa y Dolores García.