Hay cosas que nos afectan el corazón y cosas que nos tocan el bolsillo. Y las dos tienen diferentes maneras de ser importantes. Esta semana comparecerá en el Congreso el presidente Sánchez para informar sobre dos temas fundamentales para Canarias: las acciones que ha realizado el Gobierno español para ayudar a Venezuela y la situación en la que se encuentra la salida de Gran Bretaña de la Unión Europa. Un tema que afecta a un país hermano con el que tenemos lazos de sangre y de historia y otro que puede tener consecuencias nefastas para todas las islas.
La Agrupación Socialista Gomera ha exigido en el Parlamento de Canarias que nuestras islas tomen protagonismo en la ayuda a los canarios y descendientes de canarios en Venezuela y al propio pueblo venezolano. Pedimos que se creen líneas de ayuda que garanticen el bienestar de nuestros conciudadanos y que nuestro país establezca un corredor de ayuda humanitaria para ayudar al pueblo venezolano que se encuentra en una situación límite. Porque creemos que hay que huir de la violencia, que sería un error apoyar un golpe de Estado desde fuera y que la solución a los problemas de venezuela está primero en manos de los propios venezolanos y después de todos los demás.
La segunda gran cuestión que nos afecta es eso que se denomina «brexit». Gran Bretaña está dispuesta a dejar la Unión Europea y por las últimas noticias de lo que está ocurriendo, será una ruptura traumática y sin acuerdo. ¿Y eso a mi qué? se preguntará alguno de ustedes. Pues resulta que «eso» puede afectar de una manera tremenda al turismo que reciben las islas y del que viven miles de personas que desarrollan su trabajo en ese sector. El año pasado el turismo generó más de 325.000 puestos de trabajo. Imaginen ustedes los desastrosos efectos de una caída del mercado en un nicho de empleo tan importante.
Más de cinco millones de británicos vinieron el año pasado a Canarias. Cualquier efecto negativo del «brexit», como la pérdida de valor de la libra con respecto al euro o un enfriamiento de la economía inglesas puede hacer que decenas de miles de familias decidan suspender sus vacaciones con los consiguientes efectos en nuestra tierra. Afectará también a nuestras exportaciones al mercado británico, pero, sobre todo, ahora mismo hay una enorme incertidumbre en algo que sí nos afecta a todos: el futuro de Iberia.
La antigua compañía española esta integrada con British Airways en la compañía IAG, que se consideraba una empresa europea. Con la salida de Gran Bretaña la situación se complica y la compañía corre el riesgo de dejar de ser europea de pleno derecho y, por lo tanto, sería sometida a una serie de restricciones en las actuales libertades que disfruta. Para España sería más que muy malo. Pero para Canarias me atrevería a decir, sin exagerar, que sería una catástrofe. Porque nuestro «puente aéreo» con el resto del territorio español se desarrolla en gran medida a través de Iberia y una retirada del mercado o cualquier variación sobre la actual situación es impensable.
La respuesta a estas dos situaciones las tendremos en breve plazo. Con independencia de los planes de contingencia que tenga el Gobierno español y que conoceremos esta semana, la dinámica de los acontecimientos nos lleva a un desenlace no lejano. La salida definitiva de Gran Bretaña será en el próximo mes de marzo. A partir de ese momento empezaremos a ver los efectos negativos de esta ruptura de la unidad europea en nuestras islas. Y veremos si nuestros temores se confirman. En el otro gran asunto, el pueblo venezolano está luchando en las calles para conseguir la restauración de la democracia y las libertades. Y tengo la esperanza de que pronto lo conseguirán. Nuestro corazón está con ellos.