“De las palmas que se crían en abundancia en toda la Isla se extrae un líquido por medio de una sangría que se le hace al pie del cogollo curándola todos los días antes del oscurecer. En las 24 horas se toma dos veces y es bien seguro que da de 18 a 20 cuartillos castellanos de dicho líquido, el mejor refresco conocido”. De esta forma describía Juan de Castro, autor de ‘La Isla de La Gomera en la actualidad’, escrita en 1856, la técnica del guarapeo para obtener la miel de palma. Son numerosas las referencias que encontramos desde hace varios siglos a este líquido que se ha ganado el calificativo de la reina de la gastronomía gomera, pues son muchísimos los platos que se endulzan con el sabor único de la miel de palma.
El paisaje de los barrancos colmados de palmerales es todo un símbolo de la Isla, que además de ser un atractivo innegable, supone uno de los sectores claves para la dinamización económica de La Gomera. Hablar de localidades como Alojera es sinónimo de miel de palma, pues su paisaje y su actividad económica ha estado siempre muy ligada a la extracción de este líquido venerado por todos sus residentes. Los extensos palmerales se acumulan en este pueblo del que emana cada día este jugoso maná que ha supuesto un impulso a su desarrollo socioeconómico. Taguluche, Vallehermoso, Las Hayas y Tazo son otros de los lugares que albergan extensos palmerales que han marcado el devenir de estas poblaciones en las que el guarapeo forma parte intrínseca de la vida de sus habitantes.
El guarapeo comenzó a desarrollarse desde hace más de 500 años y hoy en día son más de una decena las empresas que se dedican a esta actividad ancestral, la mayoría de ellas, unas nueve en total, enclavadas en Alojera. Los habilidosos y ágiles guaraperos ascienden cada día a la palmera para descogollarla y prepararla para la extracción de este líquido que hace las delicias de los paladares más exquisitos. Es una técnica que han ido depurando durante muchos años y aunque entraña siempre un riesgo, hoy en día cuentan con elementos que aportan una mayor seguridad a la hora de realizar el trabajo en la cúspide de la palmera.
La importante labor de los guaraperos no ha pasado inadvertida para la sociedad gomera en general, por ello el Cabildo insular propuso un merecido reconocimiento a través de la concesión de la Medalla de Oro de Canarias que recibieron hace dos años. Todo un homenaje a la tarea que vienen desarrollando desde hace siglos, de la que el presidente del Cabildo gomero asegura sentirse muy orgulloso. “Es un reconocimiento simbólico a muchos gomeros, que cada día se esmeran por extraer con el máximo cuidado la savia que emana de la palma para elaborar un producto, que sin duda, ha marcado el pasado, presente y futuro de nuestra Isla, ya que supone una importante aportación a nuestra identidad, cultura y economía”, comenta.
Para Curbelo, es fundamental mantener este sector como parte destacada del modelo de desarrollo que defiende la Isla, vinculado al turismo de la naturaleza y la sostenibilidad, por lo que asegura que seguirá contando con el respaldo de las Instituciones para generar una riqueza de gran valor por su vinculación con las tradiciones y su compromiso con el medioambiente.
La consejera del Sector Primario y Desarrollo Rural, Angélica Padilla, destaca la importancia que tiene esta actividad dentro del sector primario, que a su vez repercute en la buena marcha de otros del tejido productivo, atrayendo cada año miles de personas interesadas en conocer el proceso de elaboración de la miel de palma. “Esta actividad está en consonancia con nuestro objetivo de reforzar el sector primario para avanzar hacia la diversificación de nuestra economía, a la vez que supone todo un reclamo para los visitantes que muestran su interés por conocer el proceso de elaboración, así como los usos que le damos en la gastronomía gomera y las posibilidades de comercialización del producto”, explica.
El Centro de Interpretación de la Miel de Palma alberga cada día la visita de centenares de turistas que llegan hasta este lugar, conocido como La Casa de la Miel, en Alojera, interesados por conocer de cerca todo lo que concierne a este producto. Lorena García recibe a diario a los visitantes que acuden y se encarga de difundir y promocionar la cultura del guarapo para que vecinos y turistas sean conscientes del importante valor etnográfico que alberga. “Es un placer poder explicarles todo lo que concierne a esta actividad y comprobar su interés por el producto y en especial, por la parte ecológica del mismo”, detalla. “Es un turismo muy concienciado con nuestro entorno y nuestro paisaje, que valora muchísimo la limpieza, el estado de nuestros montes y del parque nacional”, subraya.
Destaca que cada año aumenta el número de visitantes que recibe fruto del refuerzo de la promoción del centro a través de los carteles indicativos en las vías insulares y su reseña en los mapas de viaje, así como en la web del Cabildo insular e indica que entre junio de 2018 y mayo de 2019 atendieron cerca de 4.000 visitantes. Además, resalta el carácter divulgativo del centro para los propios residentes, ya que permanece abierto los fines de semana para acoger rutas guiadas y actividades con los más pequeños, con la finalidad de que sean conocedores y partícipes de las riquezas naturales y culturales con las que conviven.
La miel de palma vive sus años dorados, ya que los que se dedican a su elaboración y comercialización aseguran que su demanda va en aumento. No obstante ha pasado por periodos en los que ha tenido que lidiar con algún conflicto que otro, en este caso relacionado con su denominación. Una lucha que continúa a día de hoy para que las instituciones comunitarias acepten su denominación tradicional de miel de palma, ya que forma parte inherente a la identificación del producto y no existe confusión alguna con otros alimentos por parte de los consumidores.
Manuel Reyes, presidente de la Asociación de Productores de la Miel de Palma, de la que forman parte siete productores, explica que el sector ha tenido que lidiar con varios obstáculos y la pugna por la denominación ha sido uno de ellos, aunque señala otras cuestiones que considera de mayor relevancia para el futuro como es el creciente intrusismo de empresas que se dedican a esta actividad sin estar constituidas como tal, además de la sequía que afecta en los últimos años a la Isla.
Detalla que en la actualidad, el Cabildo insular tiene censadas unas 400.000 palmeras pero explica que no todas son aptas para la producción del guarapo. Sin embargo, asegura que el sector goza de buena salud y de una mayor seguridad laboral que antes. “La demanda va en aumento, por lo que tampoco podemos quejarnos en este asunto y confío en que se mantengan las buenas cifras para garantizar el futuro de este producto”. Explica que los mayores consumidores son los propios canarios pero aclara que “cada vez son más los turistas que se lanzan a probar y a recomendar este producto genuino de nuestra Isla”.
La miel de palma es sin duda uno de los manjares más apreciados por los residentes y visitantes, que sumado a otros productos como el almogrote o el famoso potaje de berros hacen de la dieta gomera todo un atractivo que seduce hasta los paladares más exigentes. Es por ello, que sus productores confían en que no falte nunca a la mesa de los gomeros y gomeras. “Es la reina de nuestra gastronomía”, apunta Reyes.